Me gusta PFM, así es, me gusta, la mas reciente visita al lugar donde crecí, me los trajo a la memoria, Premiata es la segunda banda que mas recuerdo de los días en que empezaba a tomarle el gusto a la música, esta banda era bastante programada en Radio Educación (1060 AM) mi enlace con el rock, estación radial que solo de noche se podía escuchar, en el rancho. Y aquí es donde uno toma ventajas del Ipod, pues por ahí andaban este disco perdido en los cuarenta gigabytes de canciones. Y fue placentero oírlo como en los viejos tiempos, aquellos del vinilo, si bien no pude recrear mas que en mi memoria ese rito obligado de tomar el disco y oler el plástico combinado con el cartón y el vinyl, mas los restos de polvo, si pude a cambio recordar el lugar, incluso estar ahí mismo en ese espacio, en otro tiempo, ese mismo lugar donde frecuentaba escuchar la radio por las noches, bajo dos, ahora viejísimos mesquites. Tendría seis o siete años y ya eran árboles adultos, muy frondosos, hoy se ven empequeñecidos y su corteza gruesa denota los años que han pasado, en ella hay huellas de clavos y cortes de machete. Nada que ver con PFM, pero es, ese especial cariño de antaño que le tiene uno a las cosas, es el poder recordar aun el pasado, eso es lo que me hace tener este disco entre mis favoritos. Aunque para muchos Premiata Forneria Marconi, fue una banda pretenciosa, para mi fue la banda emotiva, que le dio al Progresivo ese toque de calidez que la mayoría prescindió a cambio de mostrar en pleno acto, un virtuosismo exagerado llenando de adornos barrocos las composiciones, por supuesto que algunas se salvan pero esa maestría compositiva en PFM era adecuadamente intercalada, con pasajes evolutivos y actos de soltura al calor de publico escuchándolos, eso en este disco se nota demasiado, igual que la bodega convertida en habitación donde hoy escribo.
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