September 5, 2007

Música para mis oídos Rev. 9.0 (David Lindley – El rayo X)

Por algo son favoritos, cada uno a su manera, el que ahora presento es uno de esos bien especiales, muy muy significativos, engloba raíces, crecimiento, descubrimientos y es parte muy importante en la formación auditiva de mi vida.
En notas anteriores he dado cuenta de mi formación roquera y la sabia instrucción por parte del Beto Zúñiga, tengo además un gusto por el jazz desarrollado por esos momentos en los que el rock no daba satisfacción, comencé oyendo el de guitarristas que raro no? a los roqueros nos encanta el sonido de la guitarra, hasta que me presentaron al que fue mi guía principal mentor e influyente en la escucha de jazz, el buen Leo Avalos. Fue él quien me regalo los dos acetatos de David Lindley que todavía conservo, enfoquémonos en el titulado Rayo X.
Quienes vivimos en la frontera a diario notamos la enorme influencia que existe entre las dos culturas tan opuestas y tan atrayentes, somos parte del movimiento que fusiona el lenguaje el famoso llamado “spanglish”, la mezcla racial, las delicias y extravagancias gastronómicas, por supuesto que la música tiene sus coqueteos con ambas costumbres y hay los atrevidos que se aventuran a combinar ambas tradiciones, uno de ellos fue precisamente David Lindley, en el Rayo X, nombre que después de este su primer disco también le dio a su banda, presento en un solo jalón una sesión de paisajes sonoros típicos de la frontera, lo mismo un blues retocado con roquero sonido bluegrass en “Mercury Blues”, la abridora “She Took Off My Romeos”, tiene el estilo clásico de una polka a medio tiempo, es de esas canciones que solo oyes y tomas sabor en el campo al atardecer limpiándote el sudor de la jornada y tomándote un café sin azúcar por favor, la canción sureña viene con “Quarter Of A Man”, notable es aquí la influencia de los Eagles, los maestros del country pop, quien haya asistido a un baile en el rancho o el ejido recordara sin temor a equivocarme el olor del polvo que cubre los zapatos, el del sudor impregnado en la ropa de tanto bailar, la frescura de la noche en la cara mientras los recesos de la banda lo permiten, las risas y gritos de los niños jugando en la noche de baile en esa fiesta para todos y de todos, a eso suena la versión Lindley de “Twist and Shot”, en un ritmo exquisito, con todo el sabor y sonidos del campo la inolvidable “Rayo X” es la muestra más palpable de la fusión fronteriza, la batería y el sax con su ritmo uno con su sentimiento ruidoso el otro, son la perfecta mezcla pluricultural en su música, mientras “Don´t Look Back” es la ensoñación misma, es belleza y sensibilidad campirana, su fraseo y base rítmica son características oídas en los ensayos para tomar sabor y atreverse a experimentar fusionando lo que hay a la mano, en este caso los blues, los rock, con las baladas, las redovas y su peculiar sonido en la tarola y como siempre en los ensayos también termina abruptamente en uno de los peros que s ele pueden dar a este disco, y pues si de mezclar se trata porque no hacerlo agregando ese ambiente festivo y cantinero de “Tu-ber-cu-lucas And The Sinus Blues” con el final que llega melancólico en la canción “Pay The Man” que me recuerda la brisa en la hamaca y una conversación campirana perfecta para describir el placer de escuchar este trabajo, me lo conto una vez una persona cuyo nombre no recuerdo y esto es muy extraño recuerdo su cara, pero es porque en ella siempre había más que dolor había sufrimiento, un día aproveche su curiosidad y la mía, y a la vez que le explicaba que debíamos cortar las plantas de sorgo con floración amarilla más fuerte para evitar su polinización en las hembras de nuestro sembradío a primera hora de la mañana por que no había viento que dispersara el polen. A bocajarro le solté mi pregunta, ¿porque usa zapatos que le aprietan los pies? Para sentir el placer al quitármelos respondió, es mi único placer en la vida que tengo, los detalles no los contare, eran muy personales. Escuchar a David Lindley es para mí un placer que solo puedo comparar con el relato anterior, mi crecimiento en el campo y sus sucesos vivenciales, fueron siempre un sufrimiento ah pero como lo extraño.
Nota para la trivia en este disco participa en la batería Ian Wallace viejo conocido músico de mi querido King Crimson. Y dos canciones para que las escuchen y se animen a bajar y luego comprar el disco.



El Rayo X



Mercury Blues

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