A la fecha no he conocido a ninguna persona que escuche rock y no haya leído al más conocido representante de la literatura de la onda, hojeaba yo Dos horas de sol de José Agustín, mientras escuchaba a The Waterboys, y coincidencia el relato los mencionaba, fue esta una compra a ciegas, uno de esos discos que atraen por su portada, y una vaga idea de conocer una de las canciones enlistadas. “The Whole Of The Moon”, ¿será la que creo?, vaya pues si lo era. Disco que ocupa un lugar muy especial en mis recuerdos, su rock aderezado de folclore celta e irlandés, mas la adicción de metales y cuerdas, me hizo sonreír muchas veces, extasiarme otras y relajarme muchisisisimas más mientras conducía por brechas de accesos a los sembradíos de sorgo y maíz.
Hablar de The Waterboys es hacerlo centrándose en la figura de Mike Scott líder indiscutible de la banda y autor de la todas las canciones de este recopilatorio, el más escuchado de mis discos con lo mejor de una banda, como no hacerlo si a la fecha me sigo maravillando al escuchar "Old England" y su crítica letra cantada con pasión en medio de música desbordada o "The Fisherman Blues" en perfecta secuencia con "Don´t Bang The Drum" y antecediendo a "Killing My Heart" final horrible incluido, pero en recompensa le sigue "Strange Boat" placida canción para descanso del alma, algo que hoy necesito mucho hacer, para dejar de pensar en enviar un disparo al oído como dice "And A Bang Of The Ear". Y en cambio bajo este calor infernal recordar los irremplazables paisajes habituales de mis días campiranos de antaño.
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